lunes, 21 de mayo de 2012

¿Son obligatorios los signos de exclamación e interrogación?

Los signos de interrogación, los signos de exclamación y los puntos supensivos son indicadores de modalidad y omisión, e informan de si el hablante pregunta, exclama, duda, etcétera...
Según la Ortografía Básica de la Lengua Española, de la Real Academia de la Lengua (RAE), existen contextos en los que el uso de los signos de puntuación es obligatorio, como sucede en las secuencias interrogativas, que se escriben entre signos de interrogación, o con las exclamaciones directas, que se delimitan siempre mediante signos de exclamación.
Estos signos de puntuación sirven para diferenciar también si la frase es interrogativa o exclamativa, y es el alumno de español el que debe advertirlo por el tono del hablante. Así, no es lo mismo preguntar "¿se ha puesto el traje para la cena?", que afirmar "se ha puesto el traje para la cena". Ni tampoco exclamar: "¡Alberto, escucha con atención!", que decir "Alberto escucha con atención". Desde luego, la coma cambia totalmente el sentido de la frase.
Aprende también a distinguir si el vocativo queda excluido de la interrogación cuando va al principio de la frase -"María, ¿cuántos años llevas viviendo en Madrid?-, mientras que se integra en la entonación de la frase interrogativa si va al final ("¿cuántos años llevas viviendo en Madrid, María?"). 
Por otro lado, a diferencia del inglés ("do you want?"), o del francés ("quel dommage!"), que admiten los signos de interrogación o de admiración solo al final de la frase, en español es incorrecto suprimir los signos de apertura. Fue en la Ortografía de 1754 cuando se decidió que este uso era obligatorio.

sábado, 19 de mayo de 2012

Texas, Oaxaca y México, ¿o Tejas, Oajaca y Méjico?

El estado norteamericano de Texas, el estado de Oaxaca y el país centroamericano México, y sus respectivos gentilicios texano/a, oaxaqueño/a, mexicano/a, los pronunciamos como si llevaran “jota”, Tejas, Oajaca y Méjico. ¿Por qué ha pervivido la “equis” en ambos casos?
La Real Academia de la Lengua (RAE) dice que son ejemplos de “términos fósiles”, o variantes gráficas arcaizantes. Hasta 1815 se admitían términos como “exemplo” y “relox”, aunque se pronunciaran “ejemplo” y “reloj”, pero a partir de esa fecha los lingüistas decidieron que la “equis” no debería pronunciarse como “jota” en esas palabras. No obstante, en estos lugares de América, la norma se obvió y hoy permanecen las grafías antiguas, que han sido admitidas universalmente.
Los académicos consideran sin embargo que es tan válido decir hoy México como Méjico; Oaxaca, como Oajaca, o Texas como Tejas, sin olvidar que la trascripción correcta de la pronunciación la primera de las variantes de estos topónimos sería [méksiko, oaksáka, téksas], de acuerdo con la “Ortografía básica de la Lengua Española”, editada por la RAE.
Algunos antropónimos han pervivido también con variantes gráficas arcaizantes, en nombres de pila, como Ximena, y en apellidos como Ximénez o Mexía, aunque las grafías modernas sean Jimena, Jiménez o Mejía, respectivamente.     

Las palabras que perdieron la tilde

Hasta hace poco tiempo, guión, río y pié, se escribían con tilde. La primera de esas palabras era considerada un bisílabo (gui-ón), y por eso llevaba el acento. Ahora la situación ha cambiado.
En 1999, la Real Academia Española (RAE) recibió un sinfín de protestas de académicos de distintas naciones de América Latina al constatar que mexicanos, andinos y ciudadanos de otros países del entorno pronunciaban "guion" como un monosílabo, y que ocurría lo mismo con términos como "rio" y "pie".
A la vista de las denuncias, la RAE convino en que las palabras referidas eran "monosílabos tónicos" y, por tanto, no tenían que llevar tilde.
La "Ortografía básica de la Lengua Española" de la RAE, en su edición reducida recientemente presentada, recuerda también que las palabras de una sola sílaba se escriben sin tilde: fe, ve, ya, mes, sol, bien, dio, fue, vio.
Son excepción los monosílabos con "tilde diacrítica", como los pronombres personales tú, él, mí, sí, así como té (cuando se refiere a la planta o a su infusión), dé (del verbo dar), o sé (del verbo ser).
En el caso de la palabras más hay que distinguir cuando se trata de un adverbio cuantificador ("cada vez tiene más problemas"), o de una suma (cuatro más tres es igual a siete), o en construcciones especiales ("ese artista canta más bien mal").
El mas no lleva tilde caundo se trata de una conjunción adversativa y equivale a "pero": "hablaron enseguida con su padre, mas no lograron convencerlo".
Por último, la acentuación de las palabras polisílabas dependen del lugar que ocupa en ellas la sílaba tónica y la letra en la que terminan.
Las palabras polisílabas en español pueden ser agudas; llanas o graves, esdrújulas y sobresdrújulas.
En las agudas, la sílaba tónica es la última (talón, rejón, pedigrí); en las llanas es la penúltima (cáncer, ángel, valga); en las esdrújulas, la antepenúltima (ábaco, vástago, típico), y en las sobresdrújulas, la anterior a la antepenúltima sílaba (tómeselo, dígannoslo).

¿Cuantas letras tiene el abecedario español?

Hasta hace bien poco tenía 29, pero ahora ha quedado en 27 porque se han eliminado la "ch" y la "ll" por ser considerados dígrafos, que son combinaciones de dos letras para representar un sol fonema. Hay otros tres dígrafos que nunca fueron incluidos en el abecedario: "gu" (del fonema /g/: ruegue, pliegue, guiño); "qu" (del fonema /k/: queso, quiso, esquina) y "rr" (del fonema /rr/: carro, cerro).
En consecuencia, el abecedario español, y para que no se olvide nunca, queda definitivamente así:
a,A
b,B
c,C
d,D
e,E
f,F
g,G
h,H
i,I
j,J
k, K
l,L
m,M
n,N
ñ,Ñ
o,O
p,P
q,Q
r,R
s,S
t,T
u,U
v,V
w,W
x,X
y,Y
z,Z