DOS PUNTOS
Dos personas se encuentran, se gustan, se miran
como dos signos de interrogación.
El azar necesario que redacta las historias de amor
colocará la y griega entre sus nombres.
Desde entonces los días serán comas.
Las despedidas, puntos.
Las crisis, puntos y aparte.
Después de cada crisis
si quieren seguir siendo la primera persona del plural
tendrán que ser dos puntos:
Periodos pasarán entre paréntesis.
«Cosas» confesarán entre comillas.
Todo lo que se digan
será siempre guiado por guiones.
Los encuentros, los besos,
los abrazos más íntimos
serán sus signos de admiración.
Y mientras tanto alrededor el mundo
se les irá poco a poco convirtiendo
en un rumor de puntos suspensivos…
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