Es común escuchar a personas quejarse de que alguien es mal hablado, sin saber que ellas también pueden serlo si se dejan contaminar por una plaga que se ha expandido más que la roya, y es la serie de incorrecciones y vicios lingüísticos que se propagan por diferentes vías.
Modernidad, incultura y tolerancia normativa se confabulan contra nuestra lengua.
Modernidad, incultura y tolerancia normativa se confabulan contra nuestra lengua.
Oído y repetido
Después de haber escuchado en la radio a un reportero que informe sobre “lo que es un accidente...”, Carmen va a la tienda y pide “lo que es una galleta”, y cuando llega a su casa les dice a sus hijos que pronto preparará“lo que es la comida”.
Quien transmitió la noticia, sin proponérselo, acaba de infectar a Carmen —y quién sabe a cuántos oyentes más— de un virus lingüístico que pronto se propagará y repetirán otros hablantes.
Este virus, conocido como “loqueísmo”, consiste “en el uso innecesario, vicioso y repetido de la construcción lo que delante del verbo ser”. Según la Fundación del Español Urgente (Fundéu), que colabora con el buen uso del español en los medios de comunicación y en internet, es una muletilla que “nada dice, nada significa, nada aclara y nada agrega al sentido del mensaje que se desea transmitir”.
Para evitar sonar como vendedor en camioneta, lo aconsejable es evitar usar la frase “lo que es”, antes de que terminemos por “enloquecer”.
Accesar
En lugar de entrar o ingresar en su casa, muchas personas prefieren accesar a ella, lo mismo que a su página de internet o a su cuenta bancaria, cuando lo correcto es “ingresar en”.
Otra incorrección es el socorrido aperturar, con lo que ya no se abre una cuenta bancaria, sino se apertura, y no tardarán en aperturar las puertas.
Según el Diccionario Panhispánico de Dudas, tanto accesar como aperturar deben sustituirse por “ingresar” o “acceder”, para el primer caso, y “abrir”, para el segundo.
Estos y otros términos son extranjerismos adaptados al español en forma corrupta, cuando existen formas que dicen exactamente lo mismo. Su uso es válido solo si el objeto que nombran no tiene un correspondiente en nuestro idioma, y si terminan por imponerse, la Real Academia Española se encargará de normar su uso.
Verbos asesinos
Alberto Gómez Font, director del Instituto Cervantes de Rabat, Marruecos, señala de “asesinos” a los verbos realizar, iniciar y finalizar, que han desplazado a otros que “tienen tanto derecho a la vida como ellos”.
Para un hablante perezoso, igual se realiza una fiesta que un homenaje, una conferencia de prensa o un taller, pero si consulta un diccionario especializado en verbos podrá usar para esas acciones, en su orden, celebrar, rendir, ofrecer e impartir.
La Fundéu aconseja como sustitutos de realizar: “ejecutar, llevar a cabo, efectuar, plasmar, desarrollar”, entre otros.
También hay una invasión del verbo iniciar, pese a que existen amables sustitutos como comenzar, empezar, principiar, inaugurar, abrir, entablar, emprender o arrancar.
Al comodín finalizar lo pueden reemplazar los verbos terminar, acabar, concluir, consumar, rematar, extinguir, finiquitar, prescribir, liquidar, cerrar, sellar o vencer, según el contexto, claro está.
¿Y el artículo?
Carmen vuelve a sintonizar las noticias y escucha que hubo un accidente en puente Belice, que un acto se celebrará en Casa Presidencial y que alguien murió en carretera al Pacífico. Quizá el locutor cree que al suprimir el artículo se oye elegante o ceremonioso. Nada más alejado de la realidad. El artículo es necesario para personas, lugares u objetos únicos: el puente Belice, la Casa Presidencial y la carretera al Pacífico. No hay más.
http://www.prensalibre.com/noticias/comunitario/PLAGAS_0_959904009.html
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